01/08 (martes) Charleston
Queríamos llegar pronto a Charleston por lo que tiramos toda la mañana conduciendo hasta llegar a un Cracker Barrel en Orangeburg para comer. ¡Menudo descubrimiento de sitio! Volvimos otras dos veces más a esta cadena para comer. Bueno, bonito y barato y encima con tienda para ver cosillas.
Charleston es una ciudad de los condados de Berkeley y de Charleston en el estado de Carolina del Sur. Asimismo, la ciudad es la sede del condado y es la ciudad más grande del condado de Charleston. La ciudad fue fundada como Charlestown o Charles Towne, Carolina en 1670, y se trasladó a su actual localización en 1680. Hasta 1800, Charleston era la quinta ciudad más grande de Norteamérica, detrás de Filadelfia, de Nueva York, de Boston y de Quebec. Adoptó su actual nombre en 1783. También conocido como la ciudad santa (debido a la prominencia de iglesias, como se observa al ver los numerosos campanarios que puntean el horizonte de la ciudad).
En 2007, la población estimada de la ciudad era de casi 120.000 habitantes, haciéndola la segunda ciudad más populosa de Carolina del Sur detrás de la capital del estado, Columbia. Las tendencias de las corrientes han hecho de Charleston la ciudad que crece más rápido en el centro de Carolina del Sur. Estiman que la población del área metropolitana de Charleston y de North Charleston es de 603.178 habitantes en 2007 (incluye las poblaciones de los condados de Charleston, de Berkeley, y de Dorchester). Esto alinea Charleston-Norte y Charleston como la segunda área metropolitana individual más grande del estado detrás de Columbia. Cerca del 80% de la población vive dentro de la ciudad y en las urbanizaciones adyacentes (población año 2000: 423.410 habitantes).
La ciudad de Charleston se establece en el punto mediano de la línea de la costa del Sur de Carolina, en la unión de los ríos Ashley y río Cooper. El nombre de Charleston se deriva de Charles Towne, llamada así por el rey Carlos II de Inglaterra.
Aparcamos en la calle muy cerca del Waterfront Park. Nos fuimos directos al Slave Market, ya que cerraba pronto y no nos lo queríamos perder.
Es un museo que afecta pero creo que imprescindible de ver para entender y saber y sobre todo para las cachorras. Muestra, con un display de fotografías, sonido y utensilios, la historia de la esclavitud. A principios del siglo XIX se prohibió la venta de esclavos en la calle, por lo que se construyeron edificios como éste para seguir con el comercio. Llegó a haber 48 en Charleston. Todos hemos visto películas de esclavos. Pero viendo los anuncios de subasta o venta en los periódicos, con las edades de los esclavos, algunos tan sólo de meses, sus oficios, el precio y valor que tenían -los de 20 años eran los más valiosos- se te cae el alma a los pies.
Nuestra siguiente parada el City Market, donde nos tomamos un cafetito mientras que lo veíamos. Nos gustó a todos. Es uno de los más antiguos del país. Hoy en día aloja puestos de artesanía y pequeñas tiendas. En la entrada hay puestos de venta de cestos y otros productos fabricados con «sweetgrass». Esta tradición vino a Charleston con los esclavos traídos desde África y continúa con sus descendientes.
Como se nos había terminado el parking volvimos para echar más monedas y aprovechamos para ver el Waterfront Park y el muelle, que tiene vistas a la bahía. Enfrente está Patriot’s Point, con el portaviones de la II Guerra Mundial USS Yorktown, reconvertido en museo. También es visible Castle Pinckney, una pequeña fortaleza construida a principios del siglo XIX que está siendo devorada por la maleza.
Bajamos por el parque hasta Rainbow Row, una hilera de casas pintadas de colores. Y como curiosidad muchísimos con un farolillo de gas en la puerta y con la llama encendida.
Seguimos por Battery St. Paseo bonito con casas impresionantes hasta llegar al White Point Garden. Alli hay algunos cañones expuestos. En este mismo lugar, se inició la guerra civil de Estados Unidos con el ataque al Fuerte Sumter.
Para cenar estábamos dudando entre el Bubba y el Hyman’s que finalmente nos decantamos por el último. Hyman´s ocupa cuatro edificios contiguos y en él trabajan 180 personas. Hyman’s Seafood es uno de los restaurantes más típicos. Se pasó uno de los dueños por las mesas para saludar. Cenamos muy bien y nos gustó mucho.
ALOJAMIENTO:
02/08 (miércoles) OUTLET – Savannah
Primera etapa es de nuestro hotel Charleston hasta TANGER OUTLET.
Este outlet tiene dos centros:
Nos recorrimos los dos y comimos allí en un sitio muy chulo unas costillas.
Siguiente parada Savannah
Antigua ciudad de las típicas del sur de «antes de la guerra civil». Bonitas plazas, antiguas mansiones, parques urbanos rodeados de casas con pórticos llenas de árboles centenarios y un ambiente muy de la época. Savannah tiene el puerto, con las antiguas fábricas algodoneras, lleno de tiendas y sitios para comer. Muy turístico y concurrido por ciudadanos de otros estados, no por extranjeros. Su paseo marítimo constituye la atracción más destacada.
Aparcamos donde el paseo del río, el Riverfront, con edificios antiguos, pequeñas tiendas de recuerdos y bares, suelo de adoquines, hoteles con vistas al río y barcos.
Primera parada Savannah’s Candy Kitchen, en el que hay dulces para todos los gustos y la tienda es muy bonita y hay chuches para todos los gustos.
Subimos por los escalones que conducen a la parte trasera de esta calle y allí nos encontramos con el Factors Walk, lo que antaño eran los almacenes donde se preparaba y se establecía el precio del algodón antes de transportarlo hasta el río. Hoy son restaurantes y tiendas de antigüedades, pero las estructuras sobreviven como testigos de la historia de Savannah.
Íbamos hacía el centro y pasamos por la heladería Leopold’s. El local está lleno de fotos de actores, claquetas y carteles de películas, ya que el propietario -hijo del primer dueño, un griego llegado en 1919- ha sido productor de Hollywood y de muchas películas de éxito. Nos compramos un heladito.
Seguimos dirección la plaza Chippewa, donde se rodó la escena del banco de Forrest Gump cuando se come los pralinés. Lo malo es que no hay banco ni ninguna mención de ello. El banco original está en el museo de historia de Savannah. Una pena.
Siguiente parada la Catedral de San Juan Bautista (cerrada) y por último el Colonial Park Cementery, un pequeño cementerio en mitad del casco histórico, con los típicos robles llenos del colgante musgo español, también cerrado porque llegamos tarde.
Como curiosidad, vimos muchos coches de los famosos ghost tours de Savannah.
Si existe un paraíso para los cazafantasmas, se llama Savannah. En esta ciudad del estado de Georgia, enclavada en el profundo sur estadounidense, prácticamente cada casa tiene su propio espectro, y muchas incluso presumen de más de una leyenda de sangre sucedida en su terreno.Su archivo histórico no es precisamente apacible. Fue centro de recepción de esclavos y escenario de cruentas batallas durante la Guerra de la Independencia; ha sufrido varios incendios que la han arrasado por completo; en 1820 padeció una epidemia de fiebre amarilla… Tanto infortunio parece justificar las decenas de almas en pena que vagan por sus calles. Un buen puñado de asesinatos misteriosos y una extensa comunidad vudú ponen la guinda del pastel a una ciudad en la que los muertos importan tanto como los vivos.
No seguimos hasta el Forsyth Park por cansancio y nos volvimos hacía el parking. Decidimos pillar algo en un super para cenar en el hotel.
Al salir del parking vimos pasar un barco como los del Missisippi y también vimos la escultura The waiving girl, en honor a Florence Martus, quien se estima que a lo largo de su vida saludó a más de 50.000 barcos que entraban o salían del puerto de Savannah.
03/08 (jueves) Brunswick – Isla Jekyll – San Augustin
Continuación por la costa exuberante y semi tropical de Georgia donde podremos apreciar la influencia de los colonizadores ingleses del siglo XVIII en la preciosa arquitectura de Brunswick. En su búsqueda por la Fuente de la Juventud, Ponce de León desembarcó aquí en el año 1513, y esa eterna búsqueda la continúan, hoy en día, aquellos devotos al Sol, en las playas del Estado de Florida…
Bueno… eso lo de Brunswick y preciosa no nos ha cuadrado. Más bien tirando a feo y sin más donde, después de dar una vuelta por la manzana y ver una tienda de antigüedades, nos picaron los mosquitos a lo loco.
Cruzamos el Sidney Lanier Bridge, para llegar a Jekyll Island.
En la costa sudeste de Georgia, lejos de la parte continental de la ciudad de Brunswick, se encuentran las hermosas islas de barrera de St. Simons Island, Little St. Simons Island, Jekyll Island y Sea Island, las cuales se conocen colectivamente como las Golden Isles. La isla que se encuentra más al sur es Jekyll Island, un lugar en el cual las familias pueden pasar unas vacaciones relajantes, explorar lugares históricos fascinantes y playas prístinas. Desde el lujoso complejo turístico hasta la increíble belleza natural, Jekyll Island es un verdadero encanto por donde se lo mire.
Comenzamos nuestra visita al Jekyll Island Museum (Museo Jekyll Island) que habla sobre la pieza maestra del distrito: el Jekyll Island Club Hotel.
El histórico complejo hotelero solía ser el retiro de invierno de las personas más acaudaladas del Norte, y entre los huéspedes se encontraban personalidades destacadas como William Rockefeller, Joseph Pulitzer, William K. Vanderbilt y J.P. Morgan. La propiedad legendaria incluye unos 16 kilómetros de playas arenosas, campos de golf, canchas de tenis, 32 kilómetros de senderos para ciclismo y un distrito histórico. Alrededor del hotel, encontrarás el National Historic Landmark District (Distrito histórico nacional) que tiene una superficie aproximada de 97 hectáreas y que, además, es increíblemente encantador.
Nuestra siguiente parada la playa Driftwood Beach, ubicada en el extremo norte de la isla. Este espectacular paisaje de maderas flotantes se parece a un cementerio de árboles. Se trata del lugar más surrealista que hemos visto. Las cachorras se volvieron locas haciéndose fotos.
Paramos en el camino hacía San Augustine en otro Cracker Barrel.
Seguimos el camino hacia San Augustine, la ciudad, en el norte del estado de la Florida, fue fundada por el español Pedro Menéndez de Avilés en 1.565 convirtiéndola en la ciudad fundada por europeos de ocupación continua más antigua de los Estados Unidos continentales, de ahí su apelativo de “Ciudad Antigua”.
Aparcamos en el parking del Castillo San Marcos y al estar cerrado, lo bordeamos. El Castillo de San Marcos, es su principal atracción y la estructura más antigua de la ciudad. Los ingleses lo llamaron Fuerte St.Mark y los americanos Fuerte Marion, pero en 1.942 el congreso le devolvió su nombre original. Tiene forma de estrella, fue construido con coquina (mezcla de conchas y coral) que retenía las balas de cañón que les disparaban, muchas de las cuales a su vez eran usadas para dispararles a sus atacantes.
Después nos fuimos a ver el Historic Downtown. Muy preparado para los turistas pero entretenido. Como también hoy había sido un día algo lluvioso, muchas tiendas estaban cerradas.
San Agustín es una ciudad hermosa de gran riqueza histórica derivada de los países a los que perteneció, inicialmente fue España, luego Inglaterra, nuevamente España y por último Estados Unidos. Cada una de esas épocas está representada en las banderas que ondean allí: la antigua bandera de España con la Cruz de Borgoña, la bandera británica, la bandera moderna de España, la bandera de los Estados Confederados y la bandera de Estados Unidos.
Su influencia española es evidente, tiene la apariencia de un pueblo español con nombres en español en algunas de sus calles y lugares famosos, pero también fue influenciada por aquellos que llegaron de la isla Menorca, África, Irlanda, Grecia, Italia que contribuyeron a formar lo que es hoy.
La calle St. George es el eje alrededor del cual gira toda la actividad turística de la ciudad con muchas de sus atracciones al igual que almacenes, restaurantes y bares.
Alojamiento:
El hotel genial. Fantástico para el precio que nos cobraron.
Las niñas ya no tenían más ganas de nada así que las dejamos en el hotel, donde hicieron migas con dos chavales americanos. Después les llevamos unas hamburguesas.
Los mayores nos fuimos, cerca del hotel, al restaurante The Raintree, una antigua casa victoriana donde cenamos los 4 pasta y muy rico todo.
04/08 (viernes) NASA – Cocoa Beach
Hoy por fin uno de los platos fuertes del viaje. Nuestra visita a la NASA…
KENNEDY SPACE CENTER
Bueno bueno, espectacular todo. Nos ha encantado. Hicimos miles de fotos, flipamos con los tamaños de los cohetes y nos lo pasamos como enanos.
Primero hicimos el Kennedy Space Center Tour, un tour en bus con un guía donde se recorre el cabo y todas las instalaciones de la NASA, desde las oficinas de administración a las zonas de ensamblaje, hasta la plataforma de lanzamiento, … Absolutamente increíble ver el edificio de la NASA, que toda la vida hemos visto por televisión, frente a nosotros. El conductor del autobús es el que comenta todo el tour aparte de las explicaciones que se proyectan en unas teles pequeñas sobre los asientos.
Este es el recorrido:
La parada se hace en un hangar donde primeramente pasamos por la simulación del despegue del Apolo 11. A continuación pasamos al hangar y creo que nadie de nosotros se había imaginado lo que venía: un cohete, el Saturno V, en todo su tamaño.
El Programa Apolo fue un programa espacial tripulado desarrollado por Estados Unidos en la década de 1960 en el marco de la carrera espacial con la Unión Soviética durante la Guerra Fría. El proyecto comenzó en julio de 1960, cuando la agencia espacial estadounidense NASA anunció el programa, como continuación de las misiones Mercury, que tendría como objetivo el sobrevuelo tripulado de nuestro satélite para localizar una zona apropiada con vistas a un eventual alunizaje de astronautas, que cumpliría así el viejo sueño del viaje a la Luna por parte del ser humano. Esto se hizo finalmente realidad en julio de 1969, cuando la misión Apolo 11, comandada por Neil Armstrong, Edwin Aldrin, y Michael Collins alunizó por primera vez en el satélite terrestre.
El Proyecto Apolo fue uno de los triunfos más importantes de la tecnología moderna. Seis misiones lograron posarse sobre la superficie lunar (Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17) con un solo fallo: la misión Apolo 13 no pudo concretar su meta por la explosión del tanque de oxígeno líquido del módulo de servicio, pero la tripulación regresó a salvo.
La exposición que hay es genial. En este mismo hangar también hay un restaurante self service, donde comimos. Una vez aprendido todo lo que hay que aprender sobre los Apolo, volvimos a subir a nuestro autobús de vuelta al visitor complex.
Ahora tocaba aprender y ver el transbordador espacial Atlantis.
El Atlantis realizó su primer vuelo en octubre de 1985, realizando actividades militares clasificadas. También se trata del último de los transbordadores en ser retirado, tras su misión STS-135, la última misión de servicio para el telescopio espacial Hubble. El nombre del transbordador proviene de la primera embarcación del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (Massachusetts), que realizó investigaciones oceánicas de 1930 a 1966.
Siguiente parada el simulador de despegue del Atlantis. Shuttle Launch Experience – Es un simulador en el que se recrea una secuencia de lanzamiento de un transbordador espacial con sonidos, luces, vídeos y simuladores de movimiento. Es bastante real y lo pasamos genial. La verdad es que cuando estás en la cola para entrar, algo nerviosos nos pusimos.
Por último pasamos por la Journey to Mars, donde se habla sobre todo sobre los futuros viajes a Marte (por cierto, buscan voluntarios…).
Y al final del todo, la visita a la mega tienda donde compramos una taza, parches, gorra, camiseta… ay…
Para descansar nos fuimos a Cocoa Beach a nuestro hotelito con acceso a la playa. Nos pegamos todos un bañito, aunque el sol ya se estaba yendo.
En el hotel nos dieron un cupón descuento del 10% para cenar en el Ohana J’s Steak & Seafood. Cenamos bastante bien. Nos dimos un paseíto después (aquí no hay paseo marítimo) y a dormir.
05/08 (sábado) Miami
Hoy iba a ser otro de los días que, por circunstancias varias, no hicimos ni la mitad de las cosas que teníamos previstas. Por lo que la ruta fue la siguiente:
Hicimos una parada técnica en un sitio que se llama Port St. Lucie, el traditional Village Square, para tomar un cafetito y andar un poco.
La siguiente parada ya para comer, por última vez, en un Cracker Barrel cerca de Fort Lauderdale.
Llegamos por la tarde a Miami y nos fuimos al hotel para después, irnos al Dolphin Mall.
Alojamiento:
Construido en el año 2001, Dolphin Mall es un enorme centro comercial de más de 130.000 metros cuadrados que cuenta con una situación privilegiada, a sólo ocho kilómetros del Aeropuerto Internacional de Miami.
Más de 250 tiendas y una gran selección de marcas con descuento hacen que Dolphin Mall sea uno de los centros comerciales más conocidos y concurridos de Miami. Tiene diversas zonas:
Las Ramblas: se trata de una ambientada plaza llena de restaurantes y centros de entretenimiento.
La Playa: esta pequeña imitación de South Beach bajo techo está repleta de tiendas de moda y accesorios.
La Moda: la zona más chic del centro comercial ofrece lo último en moda.
Hicimos alguna comprita más y luego nos fuimos a cenar a un restaurante asiático que estuvo muy bien y todo muy rico. P.F. Chang’s.
06/08 (domingo) – Airboat ride – Cayo Largo
Hoy la primera parada era para hacer un Airboat Tour por los Everglades. Esta parte está regentado por los indios Miccosukee.
Nos encantó. El viaje ya por sí con el Airboat mola mucho y luego además ver los caimanes acercándose a nuestro barco ha sido espectacular. Hemos disfrutado mucho.
Seguimos el camino a CAYO LARGO. Paramos antes en un Aldi para comprar nuestro picnic de hoy.
Miami hacia Key Largo, uno de los primeros destinos en el recorrido por los famosos Cayos de la península de Florida.
El trayecto se hace por la Ronald Reagan Turn Pike. Pasando por Homestead y Florida City se sigue por la A1, una de las autopistas más patrulladas de U.S.A. y donde se controla la velocidad máxima. En varios tramos solamente es de un carril, por lo que el trayecto es lento.
Durante el recorrido queda al oeste la Florida Bay, donde es posible apreciar una parte de los Everglades: las frescas tierras de los pantanos, la vegetación acorde, los arbustos con las raíces a la vista. Simpáticos carteles anuncian el “posible paso de aligators”.
Llegamos a Key Largo y paseamos hasta llegar al arrecife coralino ubicado en el “John Pennekamp Coral Reef State Park”. Es un parque natural instalado en el arrecife. Un verdadero pedacito de paraíso que propone la preservación de ese ecosistema tan diverso. Entrada al parque son $ 8 por coche.
Después del picnic, la idea era hacer snorkel, peeero el mar andaba muy revuelto y no era aconsejable para principiantes ni la calidad del agua iba a ser buena por lo que no pudimos hacerlo. La playa allí no nos gustó mucho y además estaba muy llena por lo que decidimos irnos al hotel y disfrutar de la playa privada de allí.
Llegamos al hotel, hicimos el check-in y nos instalamos en la mini playita a descansar.
Una de las cosas que nos llamó mucho la atención era haber visto Manaties en libertad nadando tranquilamente al lado de las personas.
Pasamos la tarde tirados en la playita y luego a las ocho disfrutamos de la puesta de sol, que era muy bonita.
También aquí nos dieron cupón descuento para cenar y nos fuimos a este restaurante donde cenamos muy bien: Bayside Grille & Sunset Bar. Tocaban música en directo y había un pier donde las cachorras se hicieron fotos.
07/08 (lunes) – MIAMI – km 90,5
Hoy tocaba volver a Miami. Antes de salir echamos un vistazo a los mega iguanas que andaban por el parking del hotel.
Aparcamos en la Collins Ave (el parking barato estaba lleno) y quedamos en el parque enfrente de la playa a hacer nuestro picnic. Después entramos un momento en lo que es la playa para verla y para ver las diferentes casetas de los vigilantes, cada una de ellas está decorada de forma diferente, lo cual da un aspecto único a esta famosa playa.
Pero la verdad es que no aguantamos mucho al sol y nos fuimos a recorrer la Ocean Drive.
Ocean Drive es una de las zonas más populares de Miami. Se trata de un paseo marítimo situado en el área de South Beach donde se hacen realidad todos los tópicos sobre Miami; cuerpos esculturales patinando por el paseo marítimo, playas de ensueño, cócteles tropicales, música latina a todo volumen y edificios con estilo Art Decó.
En Ocean Drive se encuentran los mejores restaurantes, bares y hoteles de todo Miami Beach; la calle es un hervidero de gente sea la hora y el día que sea. Por las mañanas, las playas de aguas claras se llenan hasta reventar, y por las noches, es una zona de las más animadas para salir de fiesta o a cenar en una terraza.
Ocean Drive es un mito de la cinematografía americana que ha servido como lugar de rodaje para algunas conocidas películas como «El Precio del Poder (Scarface)» o «Corrupción en Miami».
Volvimos por la Collins Ave que a pesar de estar junto a Ocean Drive, el ambiente no tiene nada que ver, mucho más tranquila.
Nos fuimos al hotel para poder aprovechar la “cena” gratis y pegarnos un bañito en la piscina. Lo de la piscina pues no, ya que estaba llenísima de gente por lo que nos sentamos en la terraza del bar del hotel y nos tomamos una cerveza (que habíamos comprado antes) para esperar a que abrieran el buffet.
Una vez que se había ido el sol cogimos nuevamente los coches y nos acercamos a Coconut Grove.
Coconut Grove es un barrio conocido por su tranquilidad y su belleza natural. Situado cerca de Coral Gables, al sur de la ciudad de Miami, la exuberante vegetación de Coconut Grove se funde con las azules aguas de la cercana Bahía Vizcaína de Miami, dándole una luz especial a los viejos caserones de roca coralina.
En sus inicios, alrededor del año 1800, este mágico lugar atrajo con sus alojamientos económicos a muchos artistas, músicos y escritores. En el año 1884, una pareja inglesa abrió el primer hotel del palmeral, el Bay View House, al que siguieron muchos otros cuando Coconut Grove se convirtió en una de las mejores zonas para pasar las vacaciones de invierno. Coconut Grove fue una ciudad independiente hasta que en el año 1925 pasó a ser un barrio de la ciudad de Miami.
Como ya llegamos de noche, no vimos nada del barrio. Aparcamos al lado del Coco Walk y nos dimos un paseo hasta el Peacock Park donde nos asomamos a la bahía, las chicas se tomaron un heladito y de vuelta al hotel.
08/08 (martes) – Avión de regreso a MAD por la noche
Fuimos con el Metromover (gratis) desde Brickel Station hasta College Bayside Station para desde el BAYSIDE MARKETPLACE, coger un barco para ver las mansiones de los ricos.
Bayside Marketplace es un centro comercial y de ocio situado en el paseo marítimo de la Bahía Vizcaína, en la zona de Miami.
Este centro comercial tiene más de 150 tiendas (una curiosa mezcla de tiendas de ropa con algunas de artesanía), restaurantes y terrazas con unas vistas privilegiadas del puerto deportivo.
Aparte de ser un punto interesante en el que hacer algunas compras, Bayside Marketplace es un lugar muy agradable para pasear y cenar, disfrutar de conciertos todas las tardes e incluso algunos días de fuegos artificiales y espectáculos láser.
Su situación privilegiada, en el centro de la ciudad y al lado del mar, hace que para nosotros sea más una visita turística que un centro comercial.
Bayside Marketplace significa para Miami lo que Ocean Drive para Miami Beach, uno de los lugares más carismáticos y animados que forman parte del alma de la ciudad.
Pillamos nuestro barco y dimos una vuelta viendo el puerto, las mansiones y el Skyline de Miami. Al volver fuimos a comer al Bubba Gump. ¡Qué ricas las gambas!
Desde allí volvimos a coger el Metromover para volvernos al hotel y coger los coches.
De camino al aeropuerto nos pasamos por el Little Havana, por lo menos para verlo desde el coche.
Una pequeña parte de Cuba se mantiene viva dentro de los Estados Unidos en uno de los barrios más conocidos de todo Miami. En Little Havana comenzaron su nueva vida los disidentes cubanos que escaparon al régimen castrista, manteniendo vivos los recuerdos de su patria. La población de Little Havana es de más de 50.000 personas, siendo el 98% latinos y, entre estos, cubanos en un gran porcentaje.
La vida en Little Havana gira en torno a la Calle Ocho. En esta calle conviven artesanos fabricando cigarros puros, decenas de restaurantes cubanos con mucho sabor o algunas tiendas en las que suena una música vibrante, todo ello envuelto por un ambiente nostálgico y un fuerte aroma a café.
Llegamos con mucho tiempo de adelanto al aeropuerto donde nos dimos algún que otro paseo y cenamos.
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