London, una semana en 2017

28.01.2017 – Llegada y primer paso

Nuestro segundo viaje a Londres. En la primera visita vimos todo lo que hay que ver en una visita de 5 días a Londres. Esta vez era para ver muchas cosas más tranquilamente y otros rincones. Teníamos el vuelo con Ryanair a Stansted.

Una vez que llegamos teníamos la reserva con el Stanstedexpress hasta la ciudad pero que justo este día estaban con obras en las vías y tuvimos que ir en autobús.

Pillamos algún que otro atasco, por el que el conductor nos pidió disculpas. La anéctoda del viaje fue, que en el autobús había un señor que se había quedado dormido y sus ronquidos se escuchaban en todo el bus. Le hacíamos ruiditos para que bajara un poco el volumen…

El alojamiento lo teníamos contratado con WIMDU. Al pillar tanto atasco y luego también lo lioso que era coger el cercanías correcto, llegamos más que una hora más tarde de lo acordado con la agente del apartamento. Pero bueno, allí nos esperaba. El apartamento muy bien. Espacio suficiente para los 4 y cerca del cercanías y bus.

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Desde Madrid nos habíamos traído unas pizzas y en el apartamento nos habían dejado un bote de zumo así que comimos y después cogimos nuevamente el tren y el metro para irnos al centro.

Llegamos a Pically y nos fuimos directamente al barrio chino que justo estos días estaba con su Año Nuevo Chino.

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Abarrotado de gente, engalanado y con dragones en todos los escaparates. Muy chulo.

Paseamos por las calles del Barrio Chino para llegar hasta el Neal’s Yard, el colorido patio secreto de Londres. La pena, que ya era de noche y no se veían los colores….

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La plaza de Neal’s Yard es una pequeña plazoleta triangular situada entre las calles de Montmouth Street y Short Garden, a la que se accede por dos pequeños callejones sin tan apenas señalización. Al lado suyo pasan diariamente multitud de turistas, pero la verdad es que son pocos los que se dan cuenta de su existencia. Neal’s Yard, pese a su reducido tamaño, puede presumir de ser uno de los rincones más bonitos de Londres, y eso en una gran ciudad, es algo que no es fácil de conseguir. Y como gran rincón que es, cuenta con su propia historia especial detrás, en este caso la de la reconversión de una zona gris y semi abandonada de almacenes en un rincón colorido y lleno de vida en donde se dan cita los amantes de una alimentación sana y los productos naturales.

Todo empezó a mediados de la década de los 70, cuando el escritor Nicholas Saunders, el autor del famoso libro “Londres alternativo” compró un viejo almacén en esta pequeña zona próxima a Covent Garden, y abrió en él una pequeña tienda de alimentación a granel y productos lácteos, que resultó ser todo un éxito, algo que provocó que Saunders ampliara su negocio y que otros comerciantes llegaran a la zona.

Hoy, la tienda de lácteos (Neal’s Yard Dairy) es una de las tiendas de quesos más famosas de Londres, y su lado, han ido apareciendo otras tiendas enfocadas a la alimentación saludable, la cosmética y los remedios naturales, así como diversas terrazas y cafés, en los que se suelen preparar los productos ante los propios comensales, como la famosa Wild Food Café, una cafetería de productos veganos. Como curiosidad, hay de decir que el sitio acogió también el estudio de uno de los grupos cómicos más importantes de la historia del Reino Unido, los archiconocidos Monty Python, quienes en 1976 eligieron esta pintoresca y colorida plaza de Covent Garden para dar rienda suelta a su imaginación.

Después nos fuimos al Covent Garden. También, como siempre, lleno de gente y artistas actuando. Dentro del Apple Market había un grupo tocando violines y nos quedamos un rato mirando. El ambiente genial.

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Tradicional mercado cubierto de la capital británica, el cual se ha convertido hoy en día en un espacio de reunión, con espectáculos callejeros de altísima calidad y con mucha historia a sus espaldas. Pues bien, Covent Garden esconde también The Apple Market, un encantador mercadillo de artesanía que abre diariamente y que es ideal para buscar el regalo o el recuerdo perfecto de Londres.

Junto al edificio principal, en el que se encuentra The Apple Market, se celebra también todos los días el Jubilee Market, un mercado cubierto en el que encontrar de todo, desde comida hasta ropa, antigüedades o flores. Eso sí, aunque estos mercados suelen estar abiertos todos los días, terminan su actividad en torno a las 17:00 h. 

De aquí salimos dirección Trafalgar Square para bajar hasta el Big Ben para saludarle. Nos fascina…

En Trafalgar Square ya estaban montando escenario y casetas para la celebración del Año Nuevo Chino.

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Miramos en Google para llegar en bus a nuestro apartamento y con un solo trasbordo, llegamos muy bien. Nos pasamos por el supermercado para comprar algo para nuestro desayuno y las cenas.

29.01.2017 – Camden y Año Nuevo Chino

Nos levantamos prontito para irnos a Camden Lock. ¡Qué ganas)

Es, sin duda, uno de los mercadillos más famosos y variados de la capital británica. Situado en el, antes algo deprimido barrio de Camden, hoy es todo un bullir de gente con las pintas más variadas. En sus más de cien puestos se pueden encontrar gran variedad de productos: ropa y accesorios vintage, esa camiseta del grupo de rock que tanto tiempo andabas buscando o el vinilo de aquel concierto mítico. Muchos aprovechan para guardar la visita a Camden para la posteridad haciéndose un piercing o un tatuaje.

Pero también es una buena oportunidad para probar platos del mundo ya que hay muchos puestos de comida take-away con un montón de posibilidades: asiática, crêpes, bocadillos y hasta paella.

Para ello cogimos nuestro tren (cercanías) y el metro. Por cierto, vimos en las visas del cercanías un zorro!!!

El día se había levantado lluvioso y cuando llegamos a la zona no había mucha gente todavía. Por cierto, hoy también celebramos nuestro aniversario 🙂

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Después de dar mil vueltas por todos los lados y comprar un pan super rico y natural en una bakery, nos fuimos a comer el mejor Fish & Chips que habíamos comido nunca.

Nos fuimos en Metro de nuevo al centro para ver las actuaciones y desfiles de las celebraciones del Año Nuevo Chino en London.

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Se celebraba el Año del Gallo, la mayor celebración del Año Nuevo chino fuera de Asia.

Cada año, cientos de miles de personas descienden al West End para desearse entre ellos «Xin Nian Kuai Le» (Feliz Año Nuevo en Mandarín) o «San Nin Faai Lok» (en Cantonés). Basada en los calendarios lunar y solar, la fecha efectiva del Año Nuevo chino varía, pero siempre cae entre finales de enero y mediados de febrero. Cada año en el calendario chino está representado por uno de los 12 animales del zodiaco chino.

Cuando nos bajamos del Metro ya empezaba a chispear. Los desfiles por la mañana con los dragones nos lo habíamos perdido por lo que quedaba el concierto en Trafalgar Square.

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Hay que reconocer que la música era bastante insoportable y seguía chispeando por lo que nos fuimos a tomar un cafetito y un trozo de tarta en el sótano de la Iglesia de St. Martin-in-the-Fields. Sitio curioso para tomar comer o tomar un café…

Una vez habiendo entrado en calor, nos fuimos por The Mall, por el Parque de St. James. No habíamos estado la última vez. De lejos se ve el Buckingham Palace. Pasamos también por delante del Downing Street y de nuevo hasta nuestro Big Ben para coger el bus de vuelta al apartamento (cada vez llovía más).

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30.01.2017 – British Museum y Paseo

Teníamos pensado ir en tren y metro pero al final era mucho más cómodo hacer todo el trayecto en bus y ver así un poco de paisaje.

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En nuestra última visita venimos a ver el British pero todo de prisa y corriendo y nos habíamos quedado con ganas de volver.

Cogimos un planito y fuimos a ver todas las salas que más nos llamaban la atención.

Llegó un momento que ya no podíamos andar más y además apretaba el hambre. Teníamos apuntado ir a comer a una cadena de asiáticos que se llama Wagamama. Nos pillaba a 8 min andando desde el British:

Es un sitio que se come muy bien en mesas largas todas juntas. Nos gustó aunque el sitio era algo ruidoso pero la comida genial.

Esta sería nuestra ruta para el resto del día.

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En el camino hacía la Temple Church nos paramos en la embajada de Australia, en cuyo interior se rodaron las escenas relativas a Gringots, el banco de los magos en Harry Potter y la piedra filosofal.

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Pasamos también por delante de The Royal Courts of Justice y The Old Bank of London (ahora un Pub).

Seguimos hacía la Temple Church. No la visitamos porque la entrada era muy cara.

Se trata de una pequeña iglesia cuya fachada exterior ya muestra su principal característica, la gran nave circular, conocida como Round Church, construida en 1185. Junto a ella se dispone la nave rectangular, conocida como Chancel, que se construyó un siglo después.

La entrada a la iglesia está en la plazuela donde se encuentra. Nada más acceder al interior, a la izquierda está la nave circular, donde sin duda sorprenderán las efigies de mármol de los caballeros templarios yacientes.

Volvimos a salir por la Fleet Street, para llegar a Millennium Bridge, que cruzamos ida y vuelta. Otra parada Harry Potter…

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Después de un buen rato llegamos al London Troops War Memorial. Lo de detrás, un Centro Comercial, quién lo diría.

Seguimos nuestro camino hacía el Leadenhall Market. ¡Precioso!

No se trata de un mercado al uso sino de una galería con una preciosa cubierta de estilo victoriano, aunque el mercado en sí es una joya arquitectónica del siglo XIV. De hecho, este mercado de Londres está incluido en la lista del patrimonio inglés. Desde luego, es una delicia pasear por sus galerías, abiertas las 24 horas, aunque los comercios solo lo hacen de 10:00 a 18:00. Además, los aficionados a Harry Potter tienen en este mercado una parada obligatoria dentro de la ruta de escenarios de las películas de Harry Potter.

Siguiente parada El Monumento al Gran Incendio de Londres, más conocido como The Monument, fue construido entre 1671 y 1677 para recordar el Gran Incendio de Londres y celebrar la reconstrucción de la ciudad.

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The Monument es una gran columna dórica de piedra de 61 metros de altura coronada por una urna con forma de fuego, que representa el Gran Incendio de Londres de 1666. Los 61 metros de altura de la columna coinciden con la distancia a la que se encuentra del lugar en el que comenzó el incendio, la panadería Thomas Farynor.

En la base del monumento se presentan algunos bajorrelieves que representan el inicio del fuego, la destrucción de la ciudad, su posterior reconstrucción y la construcción del monumento.

A través de una estrecha escalera de caracol de 311 escalones se puede llegar hasta la cima del monumento para disfrutar de las vistas de la zona de Tower Bridge desde las alturas.

Cruzamos ahora el Támesis por el Londron Bridge para ver el HMS BELFAST.

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Pasamos por delante del City Hall para llegar al Tower Bridge. ¡Qué bonito es de noche!

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Seguimos pasando al lado del Tower Bridge para llegar hasta Shad Thames.

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Shad Thames tiene un montón de locales interesantes y los edificios, que antes eran almacenes y aún conservan las pasarelas elevadas que los conectan, son realmente curiosos. Muchos mantienen también las antiguas grúas que servían para descargar las mercancías que en otros tiempos llegaban en barcos.

Merece la pena callejear por esta zona super tranquila, disfrutando de calles solitarias y edificios que te trasladan a la ajetreada época en la que el Thames tenía una actividad naval tremenda, con barcos y barcos descargando en los almacenes de esta zona.

Lamentablemente de noche no se ve muy bien, pero bueno, mereció la pena.

Estábamos muy cansados ya pero nos quedó un último esfuerzo para llegar al Restaurante Mayflower para cenar:

Nos sentaron en la planta de arriba, prácticamente a la luz de las velas, y allí nos tomamos una buena pinta y, en mi caso, un riquísimo pie.

Después nos fuimos andando hasta el Metro Rotherhithe, que resulta que va por el Thames Tunnel, que es el túnel que conecta Rotherhithe y Wapping y que fue construido entre 1825 y 1843 y fue el primero conocido que se construyó con éxito bajo un río navegable. Se encuentra a una profundidad de 23 metros y tiene una longitud de 396 m, con 11 m de ancho y 6 de alto.

El túnel fue diseñado por Marc Isambard Brunel y su hijo Isambard Kingdom Brunel y fue abierto en 1843 para que lo utilizaran carruajes de caballos. Posteriormente fue adquirido para hacer pasar los trenes de East London Line del Metro de Londres. En la actualidad forma parte de la red del London Overground.

31.01.2017 – HMS Belfast y centro

Cuando ayer vimos el HMS Belfast, nos entraron también ganas de verlo por dentro por lo que lo pusimos en nuestro planning del día.

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El buque HMS Belfast es un museo flotante anclado en el río Támesis que forma una parte importante del Imperial War Museum. A través de sus extensas exposiciones, el barco muestra los diferentes aspectos de la vida en alta mar durante su participación en la Segunda Guerra Mundial.

Botado en 1938, el buque se convirtió en un poderoso destructor que prestaría servicio a Gran Bretaña a lo largo de 32 años, durante los cuales adquirió especial relevancia gracias a su participación en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea.

Tras la finalización de la guerra, entre los años 1950 y 1960 el buque destructor cambió la razón de su existencia y fue dedicado a la realización de acciones humanitarias.

El barco permaneció al servicio de la marina de Gran Bretaña hasta 1965 y, tras ser retirado del servicio activo, en 1971 comenzó su nueva etapa como museo flotante.

El recorrido a través de las nueve cubiertas del barco se realiza en compañía de una audio guía que narra los hechos históricos y militares destacables en los que se vio involucrado, además de algunas anécdotas a través de las cuáles se pueden aprender datos curiosos como que, antiguamente, era normal llevar gatos a bordo para controlar las plagas de roedores.

Durante la visita al barco se recorren las partes del barco en las que tenía lugar la vida a bordo, como los camarotes en los que se alojaban los marineros, la cocina, la enfermería, la sala del dentista o la bodega, además de las salas que hacían funcionar el barco, como la sala de calderas y la inmensa sala de máquinas.

A través de la sala de mandos, el camarote del capitán y los cañones que se empleaban para luchar contra los ataques aéreos, es posible percatarse de la gran envergadura de las operaciones que se llevaron a cabo con el HMS Belfast durante sus años en activo.

El barco se puede recorrer en su práctica totalidad y cada una de las cubiertas tiene una apasionante historia que contar. Aunque el recorrido a través de algunas de las salas se hace difícil debido a las estrechas escotillas y empinadas escaleras, el hecho de recorrer cada centímetro del único buque superviviente que prestó servicio durante la Segunda Guerra Mundial, hace que cada paso merezca la pena.

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Nos gustó mucho esta visita. Son tres pisos de barco que se visitan y la caracterización de los diferentes espacios en el barco está muy bien hecha. Hicimos miles de fotos y nos lo pasamos genial.

Seguimos el camino cruzando el Tower Bridge.

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Como se acercaba la hora de comer, nos fuimos de nuevo al The Dicken’s Inn, que en nuestra última visita nos había gustado mucho.

Seguimos andando hacía el Metro para irnos a ver la PLATFORM 9 ¾ y la tienda de Harry Potter. En el Metro nos ponían este cartel (parecía que sabían que íbamos a verlo hoy…)

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Llegamos a la pared donde le gente se hace fotos y lo tienen organizado para hacerte la foto oficial que, evidentemente, las chicas como fans de Harry Potter, compraron.

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Después nos fuimos a ver la tienda, que es pequeña pero mola mucho.

La estación en sí también es muy bonita.

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Como nos sobraba tiempo, volvimos a dar una vuelta por Camden 😊. No nos cansamos…

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El mercado así por la tarde entre semana es una gozada. Poca gente y con unas luces muy chulas. Muy íntimo.

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Volvimos a coger el Metro y nos fuimos a ver la Catedral de Westminster.

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La Catedral de Westminster es el templo de la archidiócesis de Westminster y la iglesia más importante del catolicismo de Inglaterra y Gales. Muchos confunden la catedral con la Abadía de Westminster, aunque esta última pertenece a la iglesia anglicana.

La zona en la que se asienta esta gran catedral era un terreno donde existía una cárcel, cuya propiedad fue adquirida en 1884 por la iglesia católica. Once años después, en 1895, se puso la primera piedra del que sería el templo principal de la iglesia católica en Gran Bretaña.

El responsable del diseño de este templo neo-bizantino fue el arquitecto John Francis Bentley, quien recorrió el mediterráneo recogiendo ideas de distintas iglesias.

El diferente aspecto que presenta esta catedral dista mucho de lo que estamos acostumbrados a ver. Se debe a que el cardenal quería que la catedral no se asemejara a la cercana Abadía de Westminster.

La fachada está construida con ladrillo rojo y piedra de Portland. El elemento que más llama la atención es el alto Campanario de San Eduardo que alcanza los 83 metros de altura.

El interior cuenta con más de cien tipos diferentes de mármol, que conforman la decoración y las espectaculares columnas talladas. Las once capillas y las bóvedas del santuario están cubiertas por bonitos mosaicos bizantinos.

El Coro de la Catedral es conocido como uno de los mejores del mundo y supone un atractivo extra para visitar este templo, donde habitualmente se celebran conciertos al compás de su fantástico órgano de cola.

Justo estaban con misa y la verdad que fue una visita mística, por lo menos para mi.

Cuando salimos empezaba a chispear de nuevo pero seguimos nuestro camino yendo por por Victoria Street dirección Big Ben (como no…).

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Volvimos a coger nuestro autobús dirección apartamento para cenar tranquilamente en casita.

01.02.2017 – Natural History Museum y Markets

Fuimos por la mañana al Natural History Museum.

Como se acercaba la hora de comer y teníamos ya hambre, nos pusimos a buscar sitio para comer y finalmente comimos en ZETLAND ARMS. Pub inglés con comida británica muy rica.

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De aquí nos fuimos a ver el Borough Market. Nos encantó. Hay de todo y muy cuqui.

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Es uno de los mercados más grandes de Londres y todo un paraíso para los amantes de la gastronomía, ya que además de todo tipo de productos frescos, hay una amplia selección de productos gourmet.

Es un mercado cubierto situado bajo los arcos del ferrocarril en London Bridge, por lo que está cerca de muchos de los principales monumentos de Londres. Además en Borough Market se encuentra uno de los escenarios de la ruta de Harry Potter en Londres.

Acercarse a visitarlo puede ser una buena oportunidad para probar platos típicos de Gran Bretaña como el delicioso pork pie, o comprar comida de diferentes lugares del mundo para llevar.

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De aquí fuimos a ver la Southwark Cathedral, que está justo al lado.

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Y antes de volvernos al apartamentos, nos pasamos también por el Brixton Market. Regentado sobre todo por árabes.

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02.02.2017 – GREENWICH

Este último día tocaba Greenwich. En el último viaje se nos quedó en el tintero. Cogimos nuestro tren que nos llevaba directamente. También hoy el día se había levantado de nuevo gris y chispeaba de vez en cuando.

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Hoy en día, Greenwich es de un distrito plenamente integrado en la capital británica, pero en realidad, y aunque no lo parezca, se trata de una ciudad con mucha historia a sus espaldas, ligada al comercio marítimo, a los estudios astronómicos y a la realeza. No en vano, el rey Enrique VIII vivió aquí.

Situado a orillas del río Támesis, al sureste del centro de Londres, su casco histórico fue declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es que, aunque lo más conocido sea el famoso Meridiano cero, escaparse a esta zona de Londres es más que recomendable ya que hay mucho que ver. 

Llegamos a la estación de Greenwich, en medio del pueblo. Primero nos fuimos dirección del Parque de Greenwich donde también está el observatorio.

Se trata de uno de los muchos parques reales de Londres y cubre casi 50 hectáreas. Dentro de su perímetro se encuentran la mayoría de los monumentos más importantes de Greenwich. Lo que son impagables son las vistas que se observan desde lo alto de la colina con el Old Royal Naval College y el río Támesis de fondo. De hecho, en días despejados puede verse hasta la Catedral de Saint Paul, situada en el centro de Londres.

Subimos la cuesta y ya llegamos al Real Observatorio de Greenwich.

Se trata de una de las atracciones turísticas más importantes de Greenwich y no es para menos, ya que aquí se encuentra el meridiano cero, el lugar desde el que comienzan todas las mediciones cartográficas de longitud. Pero esto no se llegó a establecer hasta 1884, por lo que anteriormente los marinos debían servirse de las estrellas para orientarse. Eso sí, en Greenwich algo debían saber ya de navegación ya que este observatorio astronómico fue fundado ya en 1657.

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Visitamos el museo, que estaba llenísimo de asiáticos y después bajamos hacía la Queen’s House.

La que fue residencia real fue construida entre 1616 y 1619 y se considera uno de los primeros edificios de estilo clásico en Reino Unido, ya que su arquitecto, Íñigo Jones, acababa de volver de un gran viaje por Italia de donde traía la nueva moda de la arquitectura renacentista.

A lo largo de la historia fue abandonado como residencia real y se convirtió en un hospital. Para ello fue ampliado y reformado. Las columnatas de los laterales fueron añadidas en el siglo XIX.

Forma parte del museo marítimo y en este edificio se expone parte de las colecciones de pintura marítima. Como curiosidad, decir que los terrenos del palacio fueron utilizados para las pruebas de equitación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Nuestra siguiente parada sería eñ Old Royal Naval College.

Es uno de los conjuntos arquitectónicos más destacados de Greenwich hoy en día es sede de la universidad pedo históricamente fue escenario de la boda de Enrique VIII y Catalina de Aragón, además de residencia real, hospital de marineros retirados y escuela de la Armada Real.

Hoy se pueden visitar la Capilla Real y el Painted Hall todo un homenaje a la marina británica.

Solamente pudimos ver la Capilla Real ya que el Painted Hall estaban restaurándolo.

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Tocaba comer. Mi prima, que había vivido algunos años en Londres, nos había recomendado el The Goddards at Greenwich y allá fuimos. Sitio especializado en Pies & Mash. Rico rico.

Next stop, el Cutty Sark. 

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Anclado en un dique seco junto a la estación de DLR, este velero es uno de los barcos más famosos de la marina mercante británica. Fue uno de los últimos veleros rápidos o clipper que se construyeron en el siglo XIX y su función era transportar té desde China, un comercio muy rentable en aquella época.

Hoy se conserva como barco-museo y a pesar de haber sufrido un incendio en 2007 está de nuevo accesible al público como una de las principales atracciones turísticas de Greenwich, formando parte de los Museos Reales.

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Esta visita también nos gustó mucho. Muy bien representado y ambientado.

Antes de irnos, nos pasamos por el Greenwich Market, que la verdad es que ni fu ni fa.

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Algo típico de Reino Unido es la afición por los mercados. En Londres hay muchísimos y algunos de ellos con mucho encanto e historia a sus espaldas. Este en concreto se encuentra en Durnford Street y cuenta con más de 200 años de historia. En él se pueden encontrar desde los típicos puestos de verduras o carnes, hasta antigüedades y artesanía, así como un montón de puestos con comida de todo el mundo para llevar.

Cogimos nuevamente el Metro y nos fuimos al centro para bajar por Regent Street. Entramos también en Hamleys para hacer el tonto y bajamos hasta llegar a nuestro Big Ben para despedirnos hasta la próxima.

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